IDEAL

¿A QUÉ ASPIRAMOS?

El Ideal de los Siervos de Jesús es la aspiración a la santidad, que, en realidad, es  hacer realidad en nosotros la voluntad de Dios, tal y como nos indica la Escritura (1 Tes 4,3). El Concilio Vaticano II nos recordó esta vocación de todos los miembros de la Iglesia en el número 11 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium.







NUESTROS PILARES


Nuestra vocación original, unida a nuestra experiencia comunitaria, nos ha llevado a establecer unas guías fundamentales en nuestro camino hacia la santidad que Dios quiere realizar en nosotros.






CONSAGRACIÓN DE LOS SIERVOS DE JESÚS


"Hermanos, poned cada vez más ahínco en ratificar vuestro llamamiento y elección" (2 Pe 1, 10). Siguiendo esta recomendación de la Escritura, los Siervos de Jesús renovamos anualmente nuestra consagración, con el propósito de hacer realidad en nuestra vida el Ideal que el Señor nos ha regalado. 


Te damos gracias, Señor, por la vocación a la que nos has llamado y por el camino que has trazado para nosotros. Queremos servirte con fidelidad, sin desanimarnos a pesar de las dificultades. Por eso aspiramos a la santidad que Tú quieres realizar en nosotros, y para ello nos comprometemos a:

  • Potenciar nuestra vida interior porque todo sarmiento que no está unido a la vid se seca.
  • Ser dóciles a tu Espíritu como la Virgen María, abriéndonos a su acción en la vida de cada día
  • Vivir lo cotidiano desde la fe y ser luz de tu Luz en el mundo.
  • Vivir en fraternidad, agradeciéndote el don de cada hermano y amándole como Tú le amas.
  • Ser fieles a la Iglesia Católica, viviendo en comunión con ella y haciéndonos responsables de su misión evangelizadora.

Confiados en tu gracia te pedimos, Señor, que derrames los dones de tu Espíritu sobre nuestra Comunidad, para que podamos ser auténticos siervos de tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. AMÉN.




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