sábado, 16 de noviembre de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE: CAPÍTULO 4



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CAPÍTULO IV: ALGUNAS NOTAS DE LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL 

  • Aguante, paciencia y mansedumbre (112-121)
  • Alegría y sentido del humor (122-128)
  • Audacia y fervor (129-139)
  • En comunidad (140-146)
  • En oración constante (147-157)

Sugerencias para la reflexión personal y el diálogo en grupo:

Al comienzo de este capítulo el Papa dice: 
Dentro del gran marco de la santidad que nos proponen las bienaventuranzas y Mateo 25,31-46, quisiera recoger algunas notas o expresiones espirituales que, a mi juicio, no deben faltar para entender el estilo de vida al que el Señor nos llama (n. 110).
Estas notas que quiero destacar… son cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considero de particular importancia, debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy (n. 111).

Teniendo presentes los “riesgos y límites de la cultura de hoy”...
 
1. Realizamos primero un análisis general:
  • ¿Cuál o cuáles de las notas recogidas en este capítulo te parece especialmente importantes? ¿Por qué? 
  • ¿Cuál o cuáles de ellas consideras que están más vivas en el testimonio actual de los cristianos?
  • ¿Cuál o cuáles de ellas necesitan una mayor atención o nuevo impulso por parte de la mayoría?
2. Pasamos a realizar una reflexión personal y comunitaria:
  • En tu vida personal ¿qué rasgos sobresalen más positivamente? ¿Cuáles ves como deficitarios? ¿Cómo mejorar en conjunto?
  • ¿Qué pequeños detalles positivos destacas en tu vida de comunidad? ¿Cuáles deberías cuidar más? 
  • ¿Cómo valoras e interpretas la referencia a las nuevas redes sociales que puedes leer en el número 115? ¿Qué aplicación puede tener en tu vida personal y comunitaria?
¿Cómo ilumina nuestra reflexión la Palabra de Dios?


De la segunda Carta del apóstol San Pedro (1,5-11):


No ahorréis esfuerzos por añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento el dominio propio, al dominio propio la paciencia, a la paciencia la piedad, a la piedad el afecto fraterno, al afecto fraterno el amor. Pues si poseéis esos dones en abundancia no quedaréis inertes ni estériles para conocer a nuestro Señor Jesucristo. Y quien no los posee está ciego y va a tientas, olvidado de que lo han purificado de sus viejos pecados. Por tanto, hermanos, esforzaos por afianzar vuestra vocación y elección. Si obráis así, no tropezaréis; antes bien os darán generosamente entrada en el reino perpetuo del Señor nuestro y salvador Jesucristo.



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