SALUDO INICIAL:
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
CANTO:
Entra en la presencia del Señor con gratitud y adórale de corazón Entra en la presencia del Señor con gratitud y alza tú con júbilo. Da gloria, y honra y alabanzas al Señor. Oh Cristo, nombre sin igual (3).
SALMO 83
(Lo rezamos a dos coros, mujeres y hombres)
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
Cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Tiempo de meditación del salmo repitiendo versículos)
ACLAMACIÓN:
Hagamos silencio, que hable el Señor.
Hagamos silencio, que hable el Señor.
Hagamos silencio, hagamos silencio,
Hagamos silencio, que hable el Señor.
PALABRA DE DIOS
(Unos instantes de silencio para meditar la Palabra de Dios)
CANTO:
Mira el rostro de Jesús.
Oye la Palabra del Señor,
que te llama, que te guía
y te cuida.
Mira, es Jesús quién está aquí.
Oye el susurro de su voz,
que te sana, que te ayuda,
te levanta.
CANTO:
A su hora, en su momento,
Él hará todas las cosas
a su tiempo.
Y así me enseñará
que sus promesas cumplirá
a su hora, en su momento
y a su tiempo.
A su hora, en su momento,
Él hará todas las cosas
a su tiempo.
Y mi vida yo pondré
en sus manos para que
suene su canción en mí
a su tiempo,
suene su canción en mí
a su tiempo.
PETICIONES:
(Rezamos juntos la oración oficial diocesana para la devoción privada a Cristina Gaztelu Vargas y compartimos nuestras intenciones)
Dejarlo todo en tus manos, Señor,
y hacer lo que sí depende de mí. Aleluya.