viernes, 13 de septiembre de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE: CAPITULO 3


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CAPÍTULO III: A LA LUZ DEL MAESTRO 

Al comienzo de este capítulo leemos: Puede haber muchas teorías sobre lo que es la santidad, abundantes explicaciones y distinciones. Pero nada es más iluminador que volver a las palabras de Jesús. Él explicó con toda sencillez qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas.
Son como el carnet de identidad del cristiano. En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas (n 63)

Y al final del capítulo leemos: Recomiendo vivamente releer con frecuencia estos grandes textos bíblicos, recordarlos, orar con ellos, intentar hacerlos carne. Nos harán bien, nos harán felices (n 109).

A contracorriente (65-66)

  • «Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (67-70)
  • «Felices los mansos, porque heredarán la tierra» (71-74)
  • «Felices los que lloran, porque ellos serán consolados» (75-76)
  • «Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados» (77-79)
  • «Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia(80-82)
  • «Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios» (83-86)
  • «Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (87-89)
  • «Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (90-94)

El gran protocolo (95)
  • Por fidelidad al Maestro (95-99)
  • Las ideologías que mutilan el corazón del evangelio (100-103)
  • El culto que más le agrada (104-109)

Sugerencias para la reflexión personal y el diálogo en grupo:


Sugerimos leer por separado cada una de las secciones del capítulo, atendiendo a las cuestiones que planteamos para ellas.

A CONTRACORRIENTE


El Papa Francisco nos sugiere: “Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida.” (n.66). 

Por eso, antes de iniciar esta reflexión, nos ponemos a la escucha de la Palabra de Dios, leyendo el relato de las Bienaventuranzas en el evangelio según San Mateo.

Del Evangelio según San Mateo (5, 1-12):

Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:  

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

 

1. Al escuchar hoy, de nuevo, esta Palabra de Jesús que es viva y eficaz (y nunca de sobra conocida),
  • ¿Qué ha llamado particularmente tu atención? ¿Cómo ha tocado el Señor tu mente y tu corazón?
Lee con atención los números 65-94 de la Exhortación que ayudan a profundizar en el significado vivo de las bienaventuranzas. Son una llamada a vivirlas actualmente, aunque sea a contracorriente, para mantenernos en el seguimiento de Jesús.

2. Tras la lectura de la reflexión del Papa sobre cada una de las Bienaventuranzas,
  • ¿Cuál de ellas te parece más difícil de entender y de vivir? ¿por qué?
  • ¿Cuál te parece básica o fundamental en todo el conjunto? ¿por qué?
  • ¿Cuál te resulta más sugerente y/o atractiva? ¿por qué?
  • ¿Cuál consideras más necesaria y/o significativa en el mundo actual?¿Por qué? 

3. La verdadera dicha no está en conocer o saber las Bienaventuranzas sino en vivirlas realmente.
  • Desde tu experiencia personal de vida, ¿cómo las acoges? ¿cómo las entiendes? ¿cómo las vives?

EL GRAN PROTOCOLO


La Exhortación señala cómo en el capítulo 25 del evangelio de Mateo, Jesús vuelve a detenerse en una de estas bienaventuranzas, la que declara felices a los misericordiosos. “Si buscamos esa santidad que agrada a los ojos de Dios, en este texto hallamos precisamente un protocolo sobre el cual seremos juzgados.” Cuando reconocemos a Cristo en el pobre y en el que sufre, se nos revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas. “El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias” (n.95).

Antes de iniciar la reflexión, nos ponemos a la escucha de la Palabra de Dios, leyendo el relato sobre el juicio:

Del Evangelio según San Mateo (25, 31-46): 
  
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también estos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. Él les replicará: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

 1. Al escuchar hoy, de nuevo, esta Palabra de Jesús,

  • ¿Cómo ha tocado el Señor tu mente y tu corazón? ¿A qué te has sentido particularmente llamado?
  • ¿Qué lugar ocupa de hecho en tu vida la práctica de las obras de misericordia?
  • ¿Vives con atención otras situaciones de necesidad o fragilidad además de las mencionadas en la lectura de la palabra? ¿Cuáles? 

2. En el comentario que ofrece el Papa Francisco se destaca esta advertencia: "Ante la contundencia de estas palabras de Jesús es mi deber rogar a los cristianos que las acepten y reciban con sincera apertura, sin elucubraciones y excusas que les quiten fuerza. El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias suyas, porque la misericordia es el corazón palpitante del Evangelio" (n. 97), señalando más adelante que “no se trata solo de realizar algunas buenas obras sino de buscar un cambio social” (n.99).

  • ¿Cómo influye de hecho «el corazón palpitante del Evangelio» al vivir tus compromisos sociales y concretar tus opciones políticas?

3. En los números 100-101 de la Exhortación el Papa lamenta las consecuencias nocivas de ciertas ideologías.

  • ¿Reconoces tu participación, al menos ocasional, de alguno de los errores allí señalados? ¿Cómo te enfrentas a ellos cuando los percibes presentes en tu entorno?

4. La realidad de los “migrantes” se hace explícitamente presente en los números 102-103. En el mundo actual, en relación con las personas forzadas a la migración por diversas causas se abren ante nosotros nuevas posibilidades para vivir y practicar la misericordia.

  • ¿Qué relaciones, actitudes y compromisos, con los fenómenos de las migraciones forman parte consciente de tu vida? 

5. En El culto que más le agrada (números 104-108) se propone la misericordia como camino práctico de anudar la oración con nuestro compromiso de vida.

  • ¿Qué lugar ocupan en tu oración las necesidades de los demás? ¿Cómo orienta y activa esa oración tus compromisos de vida?
  • ¿Qué dificultades vivimos frente a la actual tendencia al consumismo en sus diversas formas? ¿cómo nos enfrentamos a ellas?




«El mejor modo de discernir si nuestro camino de oración es auténtico será mirar en qué medida nuestra vida se va transformando a la luz de la misericordia.» (n.105)








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